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jueves 28 marzo 2024



FRANCIA - 05/10/06
FABRE GANA SU SÉPTIMO “ARC”


Por CFGD

La ley de probabilidades se cumplía este domingo en Longchamp con ocasión del Arco de Triunfo 2006: tres de los ocho partants –un 37.5%- compartían preparación, la de Fabre. Uno de ellos, RAIL LINK, quizá no el más esperado, se llevaba el gato al agua, alcanzando así el genial entrenador su séptima victoria en un Arco, seis de las cuales a cargo de purasangres de tres años que previamente se habían preparado en el Prix Niel.

  • Era difícil saber si nos encontrábamos en Longchamp o en Nakayama, dada la masiva y madrugadora presencia de dizque siete mil ciudadanos del país del Sol Naciente –los fans de DEEP IMPACT-, debidamente pertrechados –como no podía ser de otra manera- de toda suerte de electrónicos inventos con los que inmortalizar el evento –que, al parecer, distorsionarían los sistemas electrónicos de medición del tiempo de la prueba-, enarbolando banderas y banderines con los colores nacionales rojo y blanco y, para júbilo de los franceses, dejándose masivamente los cácaros tanto en las tiendas de souvenirs, como en los lugares de restauración, como en las taquillas de apuestas dónde las colas eran disuasorias. Aunque de algunos de estos extremos hablaremos más adelante.

  • La escasez de participantes no facilitaba el pronóstico, no ya del resultado, sino del desarrollo de la carrera, albergando los comentaristas especializados el temor de que la mejor prueba mundial del otoño resultara una carrera de jockeys, una suerte de juego de ratones y gatos, una “tactical affair”. Un temor que se haría realidad en la pista-terciopelo de Longchamp…

  • Los más rápidos en salir de cajones son HURRICANE RUN, DEEP IMPACT y RAIL LINK, pero son pronto rebasados por un IRISH WELLS que marca un paso modesto durante la primera parte del recorrido, muy impropio de una carrera como el Arco. En los 1400, Soumillon se acerca al conductor, presionándole para que incremente el paso, pero sin atreverse a ser él mismo el que marque el ritmo que juzgue más conveniente, quedando el lote posicionado de la siguiente manera: IRISH WELLS, SHIROCCO (algo a su exterior), DEEP IMPACT, HURRICANE RUN por los palos con RAIL LINK a su izquierda –siguiendo el de Abdulla estrictamente la rueda de SHIROCCO-, BEST MATE por los palos tras el de Ballydoyle, SIXTIES ICON (siempre alejado de los palos), cerrando PRIDE. No hay sustanciales diferencias hasta la entrada de la recta, salvo que RAIL LINK ha cambiado de “doméstico” y circula ahora justo detrás de DEEP IMPACT que cumple, sin saberlo ni quererlo, la función de cortar el aire al de Pasquier, evitándole así no poco esfuerzo. Llegados a la recta, IRISH WELLS comienza a ceder, lo mismo que SHIROCCO que pierde gas de forma alarmante e inesperada y es DEEP IMPACT el que, entre el clamor popular, galopa con aires de victoria encimado por un RAIL LINK que, en los trescientos, se abre ligeramente e inicia un ataque perezoso sobre el nipón, actitud que Pasquier corrige de inmediato propinándole los únicos cuatro palos que recibe en la carrera el hijo de Dansili y que sirven para despertarle de un peligroso letargo. La lucha es breve y no muy cruenta entre ambos, rebasando RAIL LINK al japonés a falta de cien metros para el poste y resistiendo perfectamente el final eléctrico de una PRIDE que -entrada última en la recta y víctima de unos últimos metros desafortunados- supera a DEEP IMPACT por medio cuerpo, quedando a un cuello del ganador. Cuarto, a dos cuerpos y medio, entra HURRICANE RUN.

  • El análisis de este recorrido, así como de las circunstancias que rodeaban a la carrera merecen –a nuestro juicio- una explicación más detallada, caballo por caballo:

  • -RAIL LINK se beneficiaba de una pista a su medida y de un recorrido de oro gracias a la muy inteligente monta que le regalaba un Stephan Pasquier -que obtenía así el segundo Grupo 1 de su vida-, que le llevaría bien situado durante todo el trayecto, “chupando rueda” primero de SHIROCCO y luego de DEEP IMPACT, pegándole lo preciso en el momento exacto y empujando después a su montura con armónica energía. Un diez para este jockey que ganaba así con claridad la lucha táctica de la prueba con el mérito añadido de hacer muy leve el esfuerzo a RAIL LINK.

  • -La tormenta que se producía la víspera sobre algunas partes de París quedaba a tres kilómetros del recinto del Bosque de Bolonia que no recibiría ni una gota del líquido elemento. No fue una precipitación de importancia, pero sí la suficiente para que, de haber caído sobre Longchamp, hubiera alterado el resultado, al menos en lo que a los dos primeros respecta. PRIDE galopaba todo el recorrido en última posición y en ese lugar entraba en la recta, comenzando su ataque por el medio del paquete, ocupadas como estaban las vías de dentro y de fuera. A la altura de los trescientos, se encuentra ya muy pegada a un RAIL LINK que le coge la calle, obligando a Lemaire a salirse por un exterior en el que ya no tenía el estorbo de SIXTIES ICON, maniobra que le obliga a cerrar y abrir la espita de energía en un brevísimo lapso de tiempo y que sin duda le cuesta la carrera.

  • -DEEP IMPACT contaba con no pocos hándicaps de salida: la ausencia de una preparatoria, la previsible falta de paso, un favoritismo que le convertía en el caballo a marcar y la monta de un Y. Take que tomaba la decisión de ir delante, justo lo contrario de lo que su montura prefiere. Se dice que era una respuesta a la falta de paso, argumento poco consistente si se observa la carrera de PRIDE que, pese a la falta de ritmo, a punto estuvo de ganar. Parece que piensan volver a intentarlo el año que viene, aunque con una preparación europea.

  • -HURRICANE RUN realizaba el trayecto en cuarta posición, siempre pegado a los palos y encerrado. A la entrada de la recta, Fallon se encuentra encajonado, pierde ligeramente los palos y se coloca justo a la grupa de SHIROCCO, creyendo –no sin razón- que el alemán pegaría un tirón y le dejaría el sitio suficiente como para poder aplicar su letal remate. No contaba el irlandés con que el de Soumillon se desmoronara y, cuando se apercibe del hecho, ya es tarde. Abre al hijo de Montjeu y remata sin opción a ninguno de los puestos de honor.

  • -La carrera de BEST MATE sólo puede calificarse de extraordinaria si se piensa el poco papel que tenía frente a estos enemigos y el desafortunado recorrido que padeció. Situado por los palos tras HURRICANE RUN, trata de aprovechar el hueco de los palos dejado por el de Fallon a la entrada de la recta, un hueco que se revela insuficiente, lo que obliga a Peslier a detener su remate durante unos metros para, a la altura de los trescientos volver a despegar, ya con espacio más amplio. No puede, sin embargo, sostener el diabólico ritmo porque, en los doscientos, se encuentra con los cadáveres de IRISH WELLS (delante) y SHIROCCO (a su izquierda), desembarazándose de este último a falta de cien y del conductor, a sólo cincuenta metros para la meta, sin poder optar ya a nada mejor.

  • -IRISH WELLS entraba a continuación, tras haber hecho “su” carrera, por delante de un SIXTIES ICON que, muy caliente antes de la salida, no sería ni sombra de sí mismo y de un SHIROCCO decepcionante que terminaba último porque Soumillon, al saberse impotente para ocupar una plaza de mérito, tuvo la sensibilidad de ahorrarle un innecesario esfuerzo. Algo para aplaudir.

  • El Arco de Triunfo de 2006 se recordará por la victoria de otro elemento de Don Khalid Abdulla –el tercero, treinta años después del mejor Arc-winner que uno haya podido contemplar, Dancing Brave- o por el escaso número de partants. Sin embargo, no cabe ocultar que, de correrse diez veces la carrera, nos habríamos encontrado en cada ocasión con un resultado diferente, tan trascendental resultaría el recorrido y las incidencias acontecidas. Los ejemplos más evidentes para nosotros son los de PRIDE y HURRICANE RUN. La de Royer Dupré demostraría ser el elemento de más clase del lote, superando bravamente su peor adaptación a terreno tan seco, muy perjudicada por la leve incidencia que se le planteaba en momentos cruciales de su ataque. Lo de HURRICANE RUN ya es otra historia. Muchos nos preguntábamos antes de la carrera la razón por la que Fabre no reenganchaba un pacemaker, a la vista de que el francés confesaba sus temores acerca de la falta de paso en una entrevista concedida días antes a los medios ingleses. La respuesta la daba el propio Fabre a la BBC posteriormente: “no tengo un pacemaker válido para hacer el tren del Arco. Un pacemaker para esta carrera no puede ser un handicapper cualquiera, ha de reunir mayores condiciones y representar cierto peligro. Yo no lo tengo.”Exculpado el genial preparador francés, nos queda el marasmo Ballydoyle, Coolmore, Tabor, Magnier. Esos sí tienen, no uno, sino varios purasangres con capacidad para realizar ese tipo de labor. Sospechamos que también cuentan con los sesenta mil machacantes que la cosa requiere sin necesidad de hipotecar alguno de sus bienes. Pero no lo hacen. Y sufren las consecuencias.

  • En lo estadístico, volvía a alzarse con el triunfo en la prueba un tres años –el undécimo en las trece últimas ediciones-, reabriéndose de nuevo la polémica sobre la escala de pesos que muchos consideran inadecuada para esta época del año, en tanto que perjudicial para los viejos, pero que no va a ser revisada por el momento, según declaraciones del representante del Comité europeo de carreras pattern. La historia volvía a fortalecerse con la mala performance de SIXTIES ICON, laureado en su previa de un Leger al que muchos denominan como “la tumba del Arco”. Y, finalmente, las hembras continuarían su ostracismo en la magna prueba gala, ausentes del podio ganador desde que Urban Sea lo ocupara, trece años atrás.

  • Todo lo anterior no resta mérito alguno al ganador, un purasangre sobre el que Fabre declaraba a la BBC –conocido su rechazo a los medios galos- que sería mucho mejor a cuatro años, pero que ya cuenta con un palmarés de excepción: no corredor a dos años, se encuentra ahora imbatido en sus cinco últimas salidas, cuatro de ellas sobre esta misma pista y distancia, destacando –amén de la presente- el G1 GP de Paris, el G2 P. Niel y el G3 P. du Lys. Nada que objetar asimismo a un pedigree ciento por ciento “Abdulla”: hijo del miler Dansili –con muy buen comienzo en su función reproductora-, un medio hermano de Banks Hill, Intercontinental y Cacique –casi ná, que diría un castizo- y de Docklands, una Theatrical perteneciente a una familia de lujo –la de Frizette-, en la que destacan nombres como los de Dahlia, Delegant, Rivlia, Dahlia´s Dreamer, Dahar, Nedawi, Linda´s Lad y los más antiguos pero excepcionales de Banshee, Durban y Tourbillon. Si las lesiones le respetan, RAIL LINK acometerá el año 2007 con el objetivo de doblar victoria en un Arco de Triunfo que, de obtenerla, le colocaría en lo más alto de la historia de este Grupo 1.

  • No es fácil, en un acontecimiento de este tipo, sustraerse al ambiente, a las anécdotas y a lo sucedido al margen de la carrera. Obviando atuendos, sombreros, ingleses al borde del coma, nipones entusiastas o cenicientos –según el momento- y mujeres bellas, hay alguna curiosidad que comentar. Lo primero, la felicidad de los organizadores galos, no sólo por el record de asistencia –el mayor desde hace cincuenta y dos años, más de sesenta mil espectadores-, sino por los dineros logrados en el “marchandise” y en las apuestas. Baste decir que el sábado, día menor en asistencia, los compradores nipones agotaban los “souvenirs” de las tiendas destinadas a esos efectos, debiendo acudir la organización a extraer las reservas de existencias de sus almacenes con objeto de renovar una oferta que –suponemos, no nos consta- sería igualmente devorada por los turistas nipones el mismo domingo.

  • Pero los siete mil japoneses presentes no solo se harían notar por su afán de coleccionar recuerdos. Por el contrario, para empezar, llegarían a provocar dolores de cabeza a los responsables del hipódromo, al requerir cada uno de ellos diez programas de mano -publicación que, según algunos comentarios, podría comercializarse en Japón de forma harto lucrativa-, debiéndose restringir tan generosa entrega en un momento dado ante la posibilidad de que los “librillos” se agotaran y muchos aficionados quedaran sin ellos. La multitud nipona incidiría además indirectamente en el mecanismo de medición de la carrera. Vean: el tiempo oficial de 2m.31.7s. era el lunes fuertemente cuestionado por el Racing Post que sostenía había sido cerca de cinco segundos menor. La denuncia de la publicación inglesa movía a seguido a los responsables de France Galop a modificar el crono, estableciéndolo en 2m.26.3s. Alegaban los galos –en la pertinente explicación de boca de Romanet- un error en el tiempo motivado por problemas técnicos que bien podían achacarse a la masiva presencia en el recinto de radios, equipos de video, innumerables inalámbricos y cámaras de alta definición que bien podían haber afectado a la tecnología existente para la medición del tiempo. Una, que no tiene la suerte de ser de ciencias, se confiesa ignorante sobre si tal argumento es o no sostenible.

  • Y la última pero no la menor: las apuestas. Los nipones no sólo traían aparatos electrónicos varios sino las faltriqueras llenas de una importante cantidad de billetes de curso legal destinados a sostener a ultranza a su campeón DEEP IMPACT. Y a fe que lo harían concienzudamente porque la cotización del caballo a través de la compañía francesa oscilaba entre el 1.1 y el 1.3, inflándose pues los dividendos de los restantes caballos que llegarían a alcanzar cifras que nada tenían que ver con las distintas chances de los participantes, al punto que el ganador terminaría pagando un asombroso 23´6 a uno en el PMU mientras que en el resto del mundo cotizaba un 8 a uno más racional. El fanatismo nipón engrosaría inopinadamente las arcas de los partidarios del ganador, así como las de los colocados, alcanzando lo invertido en DEEP IMPACT la asombrosa cifra de €1.600.000. La cosa no para ahí, porque este año el PMU ha llegado a un acuerdo con los bookies ingleses por el cual el apostante de las Islas puede elegir entre jugar a sus bookmakers o hacerlo a través del PMU. Pues bien, de resultas de que el locutor de la BBC -que retransmitía en directo la carrera- explicaba a los espectadores el disparate que se estaba produciendo, instándoles a que depositaran su dinero en la compañía francesa que ofrecía escandalosos dividendos, casi un millón de libras era hurtado a los bookmakers a favor del PMU, aspecto que era criticado amargamente por el director de una importante compañía de apuestas de las Islas. Claro que, ante tal situación, se dice que los propios bookies invirtieron sumas de relieve en el propio PMU, paliando así una tarde que se había tornado siniestra para sus intereses.










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