JI: Don Francisco, ¿qué supone para usted y por extensión para sus munícipes el nuevo hipódromo?.

FT: Para la cuidad supone la alegría de la culminación de un proceso largamente esperado, fruto del trabajo de muchas personas, y que enorgullece indisimuladamente el tradicional espíritu emprendedor de esta ciudad, constituida en gran foco industrial sobre todo a partir de la mitad del siglo pasado.

JI: Usted, no solo como jurista sino como experto gestor, habrá también ponderado las repercusiones en materia de coste económico que supone una obra de semejante magnitud, que unirá además el casco histórico Nazareno y el de Montequinto...

FT: Efectivamente; en dicho proceso, al margen de lo que es la inversión en suelo (inversión en edificación mayor de 5.000 millones de pesetas), existe el importantísimo añadido que las obras estarán resueltas económica y financieramente, no solo en el cumplimiento de una elemental diligencia que ha evitado cualquier retraso indeseado de las obras -con el consiguiente deterioro de imagen que esto supondría- sino más notorio aún, constatar que se ha hecho efectivo el pago a Dragados, lo que exonera a la ciudad de un debito que, como digo, ha quedado ya extinguido.

JI: Además, cuando tenga lugar -certus an incertus quando- en Otoño la tan anhelada temporada (recordemos a vds. que los días 10 y 11 son la “puesta de largo en sociedad”), ¿no es cierto que la gestión cotidiana se deslindará del ayuntamiento?.

FT: Así es: se confiará la llevanza regular del hipódromo -de nuevo coste “0” para la Corporación en este sentido- al grupo francés E’Quiniela, y al socaire del prestigio que tales expertos poseen, como digo, obtendremos la contrarrenta de una garantía de nulo déficit o endeudamiento.

JI: ¿Urbanísticamente tiene alguna otra significación esta obra para sus conciudadanos?

FT: Sí. Se trata de un proyecto para Dos Hermanas, no sólo con un trasfondo hípico, sino constitutivo de un equipamiento referencial del revitalizado crecimiento de la ciudad, de tal forma que este último no sea amorfo. En una ciudad nueva es difícil enraizarse con el territorio. En épocas pretéritas se produjo la simbiosis ciudadanos-iglesias, mercados, consistorios... Lo que pretendemos para el futuro es que a través del desenvolvimiento urbanístico la población acuñe que expresiones tales como “vivo junto al hipódromo”, que no son sino una sentida interacción entre el hombre y lo que le rodea.

JI: ¿Es también un pujante ejemplo de crecimiento, inclusive exógeno?

FT: Totalmente, o al menos creemos que se constituirá como tal. No olvidemos los proyectos de urbanizar viviendas que se enclavarán en el ámbito espacial cercano del hipódromo. Con una visión más global aún, creemos en un antes y un después de este complejo hípico, que va a trascender a la comunidad andaluza, con el añadido importante de las excelentes relaciones que mantenemos con otras comunidades autónomas en aras de un efecto sinérgico que, por definición y por buena lógica ha de beneficiarnos a todos.

JI: Llegamos a la madre del cordero, la verdadera piece de ressistance: la tan cacareada apuesta exterior.

FT: Ese gran reto está funcionando en otros países desarrollados que nos rodean, como son Francia, Inglaterra, Italia, Alemania...; es evidente la necesidad de la implementación progresiva y eficiente de las apuestas para el fomento de la actividad hípica, no solo circunscrita ésta a la tradición de nuestros caballos autóctonos, sino siendo trampolín o relanzamiento de otras actividades ecuestres respecto de las cuales se pueda decir que hubo un antes y habrá un después tras la inauguración de nuestro hipódromo nazareno. Creo firmemente que la obra hípica (turfística, arena, trote, polo) será el factor desencadenante de una nueva etapa a nivel supracomunitario en España.

JI: Muy agradecido, y que sea verdad aquello que deciáse ab antiquo: la fortuna ayuda a los audaces. Deseamos todos que así sea

Para acceder a anteriores informaciones sobre el Hipódromo de Dos Hermanas, pulse aquí