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El Jueves culminaba el meeting del Dante con el G2 Emirates Airline Yorkshire Cup, primera de las “Cups” con que el programa británico obsequia a los aficionados propios y ajenos. ¿Quién dice que este tipo de carreras no son la genuina expresión del turf? La recta protagonizada este Jueves en York por los tres caballos que luchaban por pasar primeros la meta, lo desmiente.
Es PUGIN, con los segundos colores de Godolphin, el que toma el mando del pelotón que cierra MAMOOL, marcando un tren muy vivo durante los primeros metros para, con 600 recorridos, moderar el ritmo. A falta de una milla, BALAKHERI –que iba segundo- pasa a la cabeza, pegando un tirón muy fuerte que le destaca cuatro cuerpos del Godolphin y que endurece el tren de forma considerable. Así desembocan en la larga recta, dónde pronto el ataque –algo prematuro- de BOLLIN ERIC supera al conductor quedando el ganador del Leger en solitario, galopando con mucha fuerza hacia la meta. Sobre él viene WARRSAN y, más al exterior, sin la garra que acostumbra, ZINDABAD, mientras que faltando 600 metros, Dettori comienza a despertar a su montura que se encuentra a una distancia de la cabeza que parece insoslayable. BOLLIN ERIC se hace fuerte en la punta, amenazado muy seriamente por WARRSAN, destacándose ambos del resto, en lucha feroz, mientras MAMOOL, aún muy alejado de estas posiciones de privilegio, continúa su progresión. Se ve que WARRSAN, poderoso, va a dar buena cuenta de BOLLIN ERIC y, a falta de 200 metros, parece evidente ganador cuando, metiendo una marcha extra, aparece en escena el de Dettori que, en un final de excepción, supera a WARRSAN a escasos metros del poste, imponiéndose por medio cuerpo. Tercero, a cuatro cuerpos, BOLLIN ERIC y cuarto, a cinco, ZINDABAD.
Vuelve Godolphin por dónde suele y debe. Por la puerta de ganadores. Y lo hace –nada hay de asombroso en ello- con un “viejo” marca de la casa –veáse, caballo aseado a tres años, madurado física y mentalmente a cuatro-, capaz de ganar sobre este tipo de distancia pero con la suficiente clase como para poder tener éxito en carreras de milla y media, en las que la velocidad se amalgama con la resistencia. Será el que represente a los azules en la Ascot Gold Cup, la Reina de las “Cups” -dónde ya es favorito, 4 a uno-, en la que, si no hay deserciones de importancia, se espera de nuevo un lote del máximo interés, a pesar de la ausencia de ROYAL REBEL, llama viva que venía encendiendo los últimos metros de esta prueba. Conquista MAMOOL la quinta Yorkshire Cup para Godolphin y aspira a seguir la línea de dos de sus compañeros de colores que doblaban victoria en Ascot: CLASSIC CLICHE y KAYF TARA.
Otra vez excelente WARRSAN, en un estado de forma eléctrico que le está haciendo progresar en cada carrera. Sucumbe por tan sólo medio cuerpo ante un individuo que se perfila como uno de los punteros de la especialidad al que –no hay que olvidarlo- concede dos kilos. Nunca inquieto por la presión, supera a BOLLIN ERIC con autoridad y protagoniza una defensa de su posición en la que deja por el piso el corazón. Su futuro inmediato está sin decidir aunque Brittain baraja pruebas como la Coronation Cup, el Hardwicke, el GP de Milán o la Copa de Oro de Ascot. Habrá que esperar.
También notable BOLLIN ERIC, al que aseguran faltaba una carrera para adquirir su mejor condición y que es más probable partant del Hardwicke que de la Copa de Oro.
Soso ZINDABAD, del que se esperaba más y muy mal BALAKHERI, al que falta la esencia del caballo de carreras: la moral de victoria.
Los Godolphin acaban de esta manera con una racha de nefastas actuaciones que, hasta este momento, sólo protagonizaban los potros y potras de la edad clásica. Conocer las causas de esta situación que –por otra parte- tampoco es nueva, requeriría un tiempo y espacio del que no disponemos. La impresión del que únicamente ostenta el título de espectador es que –independientemente de su calidad- los tres años estaban compitiendo al máximo nivel en una forma inferior a la debida, faltos de trabajos y de pulmón en abrumadora mayoría. La otra cara de la moneda es que el primer viejo que sacan a competir, en carrera dura, demuestra estar en perfecta condición y, en consecuencia, obtiene el fruto que de sus cualidades intrínsecas cabe esperar. Algo que no acierto a concretar chirría cuando Simon Crisford –el Ministro sin cartera- divulga que lo que ocurre es que han sacado los tres años para conocer su valor -sobre el que estaban “in albis” debido a la peculiar forma de manejo que tienen- y que, una vez probados, ya saben que hay que dirigirlos a compromisos de menor entidad, al no haber dado la talla en los superiores. Vamos, que son peores de lo que creían. Pero el argumento no me convence porque ésta es una historia que se produce cíclicamente, cada principio de temporada y –casualmente- cada año los tres años de la casa son “malos” y –casualmente- esos mismos resultan excelentes cuando tienen más edad. Puede que haya fundamento en el planteamiento, pero lo que se me hace duro de asimilar es que se pueda aplicar en bloque, que “todos” los individuos pasen de malos a buenos por el simple transcurso de la edad. Más parece que no quieren apretarlos en la edad clásica y que el objetivo consiste en permitir un desarrollo más natural de los purasangres, el que su físico y su mente demandan, sin tratar de sacarles fruto cuanto antes, poniendo en juego toda la paciencia que sea precisa. Si así fuera la intención, sólo palabras encomiables podrían calificarla.
