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Gran Bretaña - 21/06/05
SHAMARDAL, serio y contundente
Sorprendente forfait de DUBAWI una hora antes de la carrera.
Por CFGD No somos sospechosos de ser enemigos de los “azules”, más bien al contrario, nos tenemos por defensores a ultranza de unos colores a los que la Europa turfística –y aún el mundo- debe tanto. Pero los Godolphin demuestran en más de una ocasión su condición humana equivocándose como cada hijo de vecino, pese a que el espíritu que les anima y los medios de que disponen para llevar a cabo sus fines sean tan inmensos. Incurren pues en majaderías varias, unas de mayor calado que otras. La última de todas nos retrotrae al hipódromo de York dónde el pasado martes, día inaugural de este Royal Ascot desubicado, tenía lugar el G1 St. James´s Palace Stakes, una de las pruebas de mayor carisma del meeting y en la que Godolphin contaba con dos de sus mejores potros matriculados: SHAMARDAL y DUBAWI. En un paréntesis digamos que una cuadra de ese calibre está obligada a tener una serie de empleados de alto nivel en calidad de consejeros de carreras, de cría, comerciales, etc y los Godolphin no habrían de ser excepción, siendo su manager de carreras el ínclito Simon Crisford, un individuo que no tiene ni una mala palabra ni una buena acción, que es la voz de su amo, desde luego, pero que más a menudo de lo que fuera deseable, no logra entonar la melodía que está obligado a transmitir ni siquiera decorosamente. Así, Crisford prácticamente aseguraba, veinticuatro horas antes de la carrera, a los medios especializados, que DUBAWI tenía casi el ciento por ciento de probabilidades de estar en la salida y, paralelamente, SHAMARDAL de hacer forfait. No eran ciertos los lobos, porque una hora antes de la carrera, el que hacía forfait era DUBAWI, quedando SHAMARDAL con McEvoy al mando como único representante de los azules colores y el público aficionado, los apostantes, la prensa especializada y los pronosticadores, con tres palmos de narices. Dicen para disculparse que los meteorólogos habían previsto lluvias antes de la carrera y que, al no llegar tan deseada agua celeste, no les quedó de otra que sacar de la escena al Dubai Millenium que se mueve mal en terreno duro y dejar a un SHAMARDAL que, diez días antes había corrido –y ganado- el llamado Derby francés lo que le suponía bajar 500 metros en diez días escasos. Muy mal los Godolphin por mantener a los dos caballos durante tanto tiempo y por exigir a uno de ellos un rendimiento que fácilmente se podría juzgar como disparatado. Pero sobre los errores humanos –que en este caso, se producían a pares- iba a sobrevolar la consistencia, seriedad, dureza y -¿cómo no?- calidad de un purasangre como SHAMARDAL, especie de patito feo de alto nivel que nos ha demostrado muchas cosas, pero una en particular: que es un superviviente. Y es un superviviente verdaderamente excepcional porque muy pocos caballos –o ninguno- se recuperan de la metedura de pata que sus responsables se marcaban sacándole en el UAE Derby, a medio poner y en una superficie que abomina. Pensaban que, por su pedigree y otras cualidades, podría ser un candidato serio para ese Derby de Kentucky que su Jefe ambiciona, jugándose en el experimento la imbatibilidad del potro y un más que probable mal recuerdo que los purasangres tienen tendencia a tardar en olvidar. Sin embargo, el Cielo se ha mostrado clemente con manejo tan defectuoso y no ha dejado huella alguna de la mala experiencia en un SHAMARDAL que arrasa de 1600 a 2100, aunque su mejor distancia sea la milla. Todo lo anterior para contarles lo que ya saben: que SHAMARDAL se daba un soberano paseo en el St. James, haciendo de su capa un sayo en la prueba desde la salida hasta la meta, sin que ninguno de sus rivales le llegara al aluminio de su herradura, muy superior al lote. Generosamente, pese al mal trato recibido, SHAMARDAL otorgaba a los Azules su primer St. James y su primer G1 en una prueba reservada a los tres años en el Royal Ascot. Impecable la monta de McEvoy pero, como él afirmaría después, sin gran mérito, tan sólo el de no perder cuando se debe ganar, que no es barro. Parece que su futuro inmediato pasa por ponerle un escollo en su carrera hacia la imbatibilidad al ganador del Derby, MOTIVATOR. De los restantes, destaquemos que AD VALOREM, uno de los punteros de la generación precoz, reaparecía bien, demostrando ser capaz de hacer una distancia que aún no había hecho y que por su pedigree no era evidente que hiciera. ORATORIO siguió demostrando que tiene más cabeza que patas y a KANDIDATE el compromiso le vino grande, quizá algo pasado de forma. Confesemos algo: no es nuestro tipo de caballo SHAMARDAL. No ese que enamora y estremece, ese que parece volar cuando los demás andan pero, lo cierto –y los números cantan- es que el hijo de Giant´s Causeway (tampoco su padre nos hacía ese tilín especial) es un extraordinario caballo, pleno de virtudes y con escasos defectos que, de no ser por los errores de sus propietarios, a estas horas seguiría imbatido y, muy probablemente, sería el ganador de las 2000 Guineas. Concluimos contando, a medias –porque la información no ha sido nunca transparente en este tema-, el background de este Shamardal que la pasada temporada corría para los colores de Abdulla Buhaleeba, uno de los asociados de la familia Maktoum, propietario entonces de otro de los punteros de su generación ahora malogrado, Lucky Story, y que anteriormente había exhibido sus colores con ZINDABAD. Volvamos al 16 de octubre de 2004, día en que en Newmarket se corrían el Dewhurst y el Champion, con SHAMARDAL y Lucky Story respectivamente como partants de dichas carreras. Unas horas antes de participar, se anunciaba que ambos animales correrían con los colores del Gainsborough Stud, el del mayor de los Maktoum, Maktoum al Maktoum, sin que ninguna otra explicación fuera suministrada. Sabido es que los Godolphin tienen tendencia, al acabar una temporada, de comprar todo lo que se mueve, siempre que se mueva bien. En este caso, sin embargo, no se trataba de una compra sino como se supo después, de una compensación de deuda. Al parecer –y todo esto debe ser tomado con cautela-, Abdulla Buhaleeba jugó y perdió tan enormes sumas en el casino que, para evitar un escándalo que de alguna manera habría salpicado a la familia Maktoum, gobernante en Dubai, fueron asumidas y saldadas por Maktoum al Maktoum. Tales desembolsos encontrarían como compensación a SHAMARDAL y a Lucky Story, sin que se haya conocido con certeza si algún otro caballo se sumó a esa operación casi obligada. Crónica PREVIA de esta jornada
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