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martes 16 abril 2024



GB - 05/06/06
SIR PERCY, el clásico


Por CFGD

Todo era clásico el sábado: el hipódromo –Epsom Downs-, la distancia –algo más de milla y media-, el entrenador –Marcus Tregoning, primer asistente durante años del gran Dick Hern-, el jockey –Martin Dwyer, un típico, serio y consistente jockey inglés de talla mundial-, los propietarios –unos modestos aficionados del lugar- y –desde luego- la carrera: el 227 Derby.

  • Y, siguiendo tal tónica, la prueba pasaba a manos de uno de los tres únicos caballos del lote que no descendían por vía directa de Northern Dancer, SIR PERCY, un potro con un pedigree en el que los nombres clásicos imperan, que ganaba la carrera en la misma meta, tras un final electrizante y reñido con otros tres de sus congéneres, en una de las ediciones del Derby más disputadas de los últimos años. Con clase, corazón, fondo y velocidad, SIR PERCY superaba todas las dificultades de tráfico que se le presentaban en plena recta para, en atrevida e inteligente monta de Dwyer, colarse por los palos en los últimos metros, poniendo de acuerdo a un DRAGON DANCER muy sólido que había logrado doblegar finalmente al O´Brien DYLAN THOMAS –ambos luchando en lugares de vanguardia toda la recta- y a un desafortunadísimo HALA BEK que, en pleno esfuerzo y cuando parecía venir a ganar, pegaba un bandazo a su derecha –fruto de su inexperiencia- que muy posiblemente le costaba la carrera.

  • Ni la felicidad extrema está exenta de dolor y, así, la tragedia planeaba sobre Epsom de la peor manera, por más que el Destino se empeñara en advertir que una sombra negra se cernía sobre uno de los partants, el segundo favorito HORATIO NELSON, primera opción de las cinco de Ballydoyle, al que montaba Fallon. Era precisamente Fallon el que, en el canter de acercamiento a los cajones, encontraba que algo chirriaba, que su montura parecía rígida en sus movimientos, que algo anormal pasaba. Tanto Aidan O´Brien como el veterinario responsable de la salud de los participantes eran advertidos por el jockey de la circunstancia, observando ambos atentamente el desplazamiento del animal primero al paso y luego al trote, a la vera de los cajones. Y no encontraron nada anormal, dando vía libre a su participación. Pero el feeling de Fallon le daría la razón cuando, a cuatrocientos metros de la meta, en plena recta, el pobre animal rompía su mano en mil pedazos, en una lesión que los cinco veterinarios que con urgencia le atendían en un centro especializado, calificaban de irreversible, al afectar no sólo a los huesos quebrados, sino a las venas, los nervios y los ligamentos que conforman la anatomía de las extremidades del caballo. La decisión no podía ser otra que la de “ponerle a dormir”, acabando así con su sufrimiento. Una verdadera pena.

  • Muy poco faltaría al excelente preparador inglés Geoff Wragg para, con un potro maiden, revalidar la única victoria que ha obtenido en esta prueba, la de Teenoso, acaecida veintitrés años atrás. Siempre elegante y señor, Wragg aceptaba la escasa derrota con el fair play que caracteriza a un verdadero gentleman y ello pese a que, por su edad, serán ya muy pocas las oportunidades con que cuente para volver a saborear el gusto de una victoria en la carrera por excelencia. Si alguna queda.

  • Abrumados por la auténtica mala pata, otros clásicos de la tierra, Jarvis y Robinson, lamentaban la falta de experiencia que había impedido a su potro, HALA BAK, atacar con rectitud en los últimos metros cuando todo le auguraba el camino a la gloria. Parece que se asustó ante la presencia masiva del público y el ruido que se desprendía de la masa humana, pegando un brinco lateral cuando apenas nada faltaba para el poste definitivo.

  • Poco que añadir de los demás, si no es que a VISINDAR le vino ancho el compromiso, hoy por hoy, y que BEST ALIBI mostraría cierta calidad aunque con todo el pescado vendido.

  • Nada más que elogios se pueden dirigir hacia SIR PERCY y su entorno. Superada la lesión con la que terminaba al concluir las Guineas, sin el agua en la pista que habría facilitado su tarea, dejaba su corazón en el piso para alcanzar un triunfo que retribuye con creces las 16000 Guineas que sus responsables desembolsaban al adquirirle de yearling.

  • Criado por el Old Sufflok Stud, SIR PERCY cuenta con un pedigree clásico de verdad, si bien no es de los que, en los tiempos que corren, pueda calificarse de “fashionable”. Hijo de un injustamente desdeñado Mark of Esteem –pocos hemos visto con una punta de velocidad igual-, ganador del G1 2000 Guineas y del G1 Queen Elizabeth II –dónde ridiculizaba nada menos que a Bosrah Sham- del que cuentan –si non e vero, e ben trovato- que sería la manzana de la discordia que causaría la ruptura del Sheikh Mohammed y su entonces entrenador, Henry Cecil. Es este su mejor hijo aunque –pese a las pocas oportunidades recibidas- cuenta con otros elementos de cierta calidad, no necesariamente velocistas pero sí muy amigos de las pistas pesadas. Observando el pedigree de SIR PERCY tan sólo a cuatro generaciones, por vía masculina encontramos entre los quince machos posibles a cuatro ganadores del Derby –Mill Reef, Shirley Heights, Blakeney y Pinza-, dos del Jockey Club –Darshaan y Sassafras-, uno del Derby de Kentucky –Northern Dancer-, uno del St. Leger –Hethersett-, tres del Arco de Triunfo –Vaguely Noble, Mill Reef y Sassafras-, dos de las 2000 Guineas –Mark of Esteem y Mill Reef-, uno de las 2000 Guineas IRE –Hugh Lupus-, uno de la Ascot Gold Cup –Sheshoon-, uno del Dewhurst –Ajdal-, completando el total los dos más modestos Abdos –Gran Criterium- y Hornbeam, Great Voltigeur Stakes. Pertenece a la línea materna de Teenoso, otro Derby-winner. Clásico hasta las cejas.

    Crónica PREVIA










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