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- 02/03/02
Objetivo cumplido: Presidente de consenso
Por el turno de propietarios, Agustín Aulet resultó elegido presidente de la Sociedad de Fomento
Por Francisco Salas Agustín Aulet resultó elegido el jueves nuevo Presidente de la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España con 12 votos a favor, 5 en blanco y una abstención, lo que significa que su investidura fue respaldada por el corporativo de propietarios al que pertenece, además de los representantes de todos los hipódromos a los que se sumaron mayoría de colectivos profesionales. También recibió el apoyo de Fernando Bermúdez por el turno de socios, que ahora será el nuevo secretario, en tanto que sus otros 3 restantes miembros votaban en blanco. El escrutinio de estos 12 votos favorables sumó un respaldo más, si se compara con el número de firmantes obtenido en apoyo a la reprobación de la gestión del anterior presidente Manuel Pereira.  La autoeliminación de otros miembros pertenecientes a la Agrupación de Propietarios como son Manuel García de la Calera o Mariano Asensio, favoreció la entrada en escena del tercer hombre en la lista de este colectivo. Con ello se ha materializado en la persona de su presidente Félix Sanz la curiosa paradoja de ser la persona a la que implícitamente se le reconocía sobrada solvencia como para poder ir proponiendo para ser elegido nuevo presidente, uno tras otro a cada uno a sus compañeros de equipo, siempre que la elección no recayese sobre sí mismo. El activo y prolongado trabajo de oposición desarrollado en diversos frentes puede llegar a pasar facturas como esta. Para quienes no estén muy al tanto de cómo rigen los estatutos de esta Sociedad en determinadas situaciones y piensen que un nuevo presidente, ya sea salido de este corporativo o el de criadores, pudiese campar por libre una vez nombrado, conviene advertir que el presidente de este colectivo (al igual que, dado el caso, sucedería con el de criadores), en tanto detente ese cargo en el corporativo, tiene la libre facultad de mantener o retirar a cualquiera de sus representantes miembros de ese comité, fuera cual fuese el cargo que ostentase en él, sin necesidad de que para ello tuviera que mediar elección o circunstancia especial alguna. Valga tal supuesto para que se interprete la fuerza que el presidente del colectivo toma en situaciones como la presente. Con este resultado se alcanza el primer objetivo pretendido por la entidad que buscaba lograr un presidente de consenso, sobre el que no cupieran dudas cara al exterior respecto a sus niveles de representatividad. Así lo hacían recomendable las futuras negociaciones que el señor Aulet deberá emprender para recuperar activos, o cuando menos, obtener compensaciones para los derechos que se han perdido. Aparte de los temas económicos y de representatividad, otro reto será funcionar colegiadamente con el resto de fuerzas que configuran esa sociedad, así como proceder a la renovación de la entidad, a la que muchos piden que se convierta en un jockey-club. En buena lógica, la suerte de nuestras carreras y de nuestra cría dependerá de que tales objetivos se vayan cumpliendo.
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