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Francia - 06/04/02
Noailles, con campo reducido
Es preparatoria para el Jockey Club y significa un test a su distancia
César-A. Guedeja-Marrón de Onís El domingo siete de abril, cincuenta y cuatro mil euros esperan al ganador del Prix Noailles , sobre los 2.200 metros de la “grande piste” de Longchamp, rememorando al duque de ese nombre, personaje de gran importancia en el desarrollo del turf francés durante el siglo pasado. Un prócer, vamos, en tanto que criador, propietario y rector de la Sociedad de Carreras en cuyo honor se instituyó el premio que nos ocupa, donde grandes ejemplares del pasado más remoto formaron un palmarés excelente, completado en las ediciones más cercanas con nombres como Kutub o Slickly, que tampoco son despreciables aún sin alcanzar la categoría de los mejores. En el excelente programa que nuestros vecinos tenían desde los años posteriores a la más reciente (que no la última) guerra mundial, el Noailles, como el Greffulhe, venía a significar una alternativa al Lupin como preparatoria del Jockey Club, en especial para ejemplares cuya aptitud para los dos mil cuatrocientos metros era incógnita a despejar. Era frecuente que algunos elementos corrieran las dos pruebas hasta que la especialización se impuso y , sobre todo, el Lupin constituyó, ya muy modernamente, un objetivo en sí mismo, sin perjuicio de un valor añadido como jalón en el camino hacia la gran carrera para potros de tres años, sobre la distancia clásica de Chantilly. De modo que no es insólito que participantes de la carrera que retiene nuestra atención vayan luego a probar suerte en el Lupin. Hoy, el Noailles se ha convertido en un experimento para evaluar en verdad el nivel de determinados potros adelantados en desarrollo o forma, aparte el goloso premio de adjudicarse un grupo 2. El número de participantes de esta temporada es casi raquítico, aunque algún elemento interesante y un ganador de grupo 1 a dos años vayan a formar en la línea de salida. Todos son machos, seis en total, de los cuales dos han nacido en Francia. Cincuenta y ocho kilos es el peso que llevarán, sin juego alguno de recargos, como corresponde a una competición de importancia. El candidato adornado de más “papel”, con mucho, es Ballingarry (Sadler´s Wells y Flamenco Wave por Desert Wine), perteneciente a la Sra. Magnier, entrenado por nuestro tan alabado como ponderado O´Brien, según los vientos del rendimiento de sus pupilos, quien ha encomendado la monta a otro joven talento, el irlandés Spencer. Ganó el Criterium de St. Cloud, grupo 1 sobre 2.000 metros, disputado al final del otoño pasado. Dado que la carrera fue objeto de nuestra atención y comentario en este mismo medio, a su contenido nos remitimos, no sin obviar que la distancia del Noailles será para el potro un juego de niños tanto a la vista de su origen, de aliento y de lujo (su madre ha producido, por ejemplo, a Starborough, victorioso en el Jean Prat y en el St. James Palace St. corriendo de puntero), como de su garbeo o así en el antecedente que referimos. Antes de eso, había ganado en Irlanda, su tierra de nacimiento, concretamente en Leopardstown tras dos carreras de condición previas en Tipperary y The Curragh. Para los jugadores “seguritos” diré que parece un cheque al portador, a no más de 2 a 1 en todo caso. Que reaparezca no es impedimento alguno pues O´Brien no se dedica a entrenar en competición pública. Coztia (Cozzene y Laluche por Alleged ) es de nacencia USA, pequeño, y tordo , como corresponde a mucha progenie de su padre, que da además aptitud al terreno blando y aliento impropio de la rama americana de Grey Sovereing. Sobre su aptitud para cubrir los metros sin ahogarse no hay duda razonable pues , si no bastase con la presencia de Cozzene, Alleged , abuelo materno, aportaría el resto. El 16 de marzo pasado ganó en St. Cloud, después de una campaña de dos años corta pero plenamente exitosa porque tampoco le batieron en carreras de condición de Maison Laffitte y Croisé-Laroche. Un imbatido siempre merece respeto. El entrenador es Bary, será conducido por Thulliez (que acaba de hacer un “hat trick”, o sea, el logro de tres victorias en la misma reunión), y pertenece a J. L. Bouchard. On Reflection es hijo de Rainbow Quest y Wiener Wald por Woodman , está criado en Francia , es pupilo de Pease, y le montará Thierry Gillet, jockey en forma también. Este miembro de la cuadra Forman Hardy reaparece tras dos carreras a dos años con una victoria en Compiegne y un segundo en St. Cloud, ambas en competiciones de condición. Su origen es bueno y habrá que verle para evaluar su rango . De momento, no parece que tenga grandes posibilidades. Otro participante con siglas USA es Stydahar ( Theatrical y Royal Strait Flush por Seattle Slew), propiedad de N.B. Hunt, nombre unido al gran Vaguely Noble, Dahlia y otros florones del turf. Su gran origen provoca un interés especial, por encima de sus performances, y no lo escribimos porque sean malas sino porque sus dos victorias se produjeron en carreras de poca entidad de St. Cloud y Le Bouscat. De la preparación Rouget (en forma siempre al principio de las últimas temporadas), comparecerá bajo la férula de Jarnet , el jockey fiable por excelencia en carreras de nivel. Reaparece aunque eso no sea un impedimento definitivo. Le Loup Bleu (Villez y Floma por Matahawk) comparecerá provisto de anteojeras, dato desfavorable en principio. Pertenece al cien por cien a Porzier, que lo ha criado y lo prepara . Este potro francés viene de ganar sobre la distancia clásica en Compiegne y tiene un no colocado en St. Cloud también el año en curso . A dos años, ganó en Lyon y corrió fuera del dinero en dos ocasiones, ambas en Maisons Laffitte. Su jinete será Soumillon. En el papel debería remunerar su victoria con un mil por uno. Pero cosas más espeluznantes se han visto. El candidato que nos resta es un irlandés llamado nada menos que Great Pretender, hijo de King´s Theatre y Settler por Darshaan, que presenta pocos pergaminos. En el 2001 ganó y llegó segundo en dos pruebas de condición de M. Laffitte y no se colocó en otras tres apariciones, dos de ellas en Chantilly. Viene de ser quinto en St. Cloud, después de ganar en Cagnes sur mer, donde también fracasó en dos carreras previas. Es de Mr. Strauss, lo prepara R. Collet y la monta es para Bonilla. No es un momio jugarle. A contraestilo personal, quiero ser optimista y espero así un divertido Noailles cuyo más notable punto de interés es comprobar si el comportamiento de Ballingarry permite vislumbrar sus posibilidades en las clásicas o bien deberá quedarse en candidato nada más ..... por exceso de fondo. Lo que, como debería ser sabido, no es lo más recomendable hablando de alto nivel.
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