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Francia - 15/04/02
ACT ONE aplasta en el Greffulhe
Sus carreras anteriores, mas que ésta, le siguen avalando en su camino hacia Chantilly
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Previa GREFFULHE 2002 Por César-A. Guedeja-Marrón de Onís
Antes de la carrera, la panoplia, bien escasa, de candidatos al Greffulhe 2002 nos tentó a filosofar sobre los miedos de los preparadores, las excesivas cautelas de algunos y las temeridades de otros. Pero resistimos el asalto de los abanderados del tedio para el lector poco impuesto en temas tan arduos y nos dedicábamos más bien a ver el peso específico de esta importante preparatoria del panorama primaveral francés y, en alguna medida y cada año más, europeo. Porque ahí, en ese tipo de competiciones, se van seleccionando los mejores elementos entrenados en suelo vecino que, en algunos casos notabilísimos, arruinando el estúpido desprecio que por la cabaña en cuestión se tiene en España (recordemos la fábula de la zorra y las uvas), han sido capaces de ganar en las grandes carreras de la temporada sea cual sea la cancha de demostración.
En esta línea, ya de antiguo, el Greffulhe significa selección, cara al Jockey Club y en vista de otra previa, de grupo 1, el Lupin, a disputar el 15 de mayo, pero también para la propia carrera. Decíamos a vuela tecla (lo que en el caso de quien esto escribe es un drama que solo puede traer devastadores errores, desolación y transcripciones cómicas) que el palmarés reflejaba nombres como los de Dankaro, Mariacci –con el obligado recuerdo a María Félix, su propietaria, recientemente trasladada a los hipódromos del otro barrio-, Youth, Le Marmot, The Wonder, Dom Pasquini, Darshaan. pero , por la prisa, olvidamos citar a algunos que sentaron sus reales fuera en el Jockey Club , fuera en el Arco, fuera en la más alta calidad de pura sangres europeos del año en cuestión . Nada menos que Epervier Bleu, Suave Dancer, Apple Tree, Ragmar o los sublimes, y me quedo corto, Peintre Celebre y Montjeu.
Entre los inscritos para la edición que nos ocupa estaba un eventual sujeto de gran fuste, el “GB” Act One (In the Wings), laureado ya en dos carreras de grupo, el Thomas Bryon y el nuevo Criterium Internacional, grupo1 este, ambos sobre el verde de St. Cloud. Era el lógico favorito, a un generoso 2 por 1.
Otros dos sujetos representaban la oposición más sólida: Caesarion (Danehill), a 5,3 a 1, y Without Connexion (Rainbow Quest) que remuneraba a 9 por 1. Ambos con siglas IRE, como Canberra (Sadler´s Wells), el enviado de O´Brien, cotizado a un irresponsable 4,4 a 1, y, en fin, el teóricamente comparsa Sharp Native (USA), hijo de Diesis, que ofrecía un limitado 10 a 1.
Si hay que decir la verdad desnuda, la carrera no ha tenido ni historia ni alternativas. De principio, el orden no ha sufrido alteraciones prácticas para los tres puestos de honor, siempre en la misma fila india que comandaba Caesarion, por delante Act One, Without Connexion, Canberra y Sharp Native, hasta la recta final que presencia una leve variación de trayectoria de Act One para permitirse encontrar la luz por delante y batir , jugando, en escandalosa exhibición de superioridad, a Caesarion y al hijo de Rainbow Quest, sin sudar nada de nada, y proclamándose así máximo candidato a ganar el Jockey Club, tras adjudicarse los más de 54.000 euros de la victoria sin recibir un solo palo.
Dos cuerpos y medio aproximadamente, y otro más largo son las distancias en el poste entre los tres primeros. A más de cuatro cuerpos, después llegaban Sharp Native y Canberra, que, tal como sospechábamos en nuestro análisis previo, no tenía por qué ser aquí un candidato a considerar seriamente a la vista de sus apariciones públicas.
Nada tendríamos que oponer. si no fuera por el paso (¿?) de la carrera(¿?). Dos minutos y dieciocho segundos con pista alfombrada no son gran cosa, por más que todos sepamos que no manejamos con eso algo definitivo. Pero sí indiciario. Admitiendo su superioridad, admitiendo que tampoco es una locura pensar que Act One habría ganado del mismo modo de haber tenido que esforzarse, los “puristas” ponemos siempre en tela de juicio victorias así. Porque es seguro que en la clásica de Chantilly el pupilo de Pease va a tener que sentir el paso de carga y, tal vez, el castigo. Entonces será el momento de juzgarle con más elementos en la mano. De momento, hay que escribir en negrilla que el hijo de In the Wings y Summer Sonnet por Baillamont, tordo casi vino, potente pero expresivo, permanece imbatido. Sus carreras anteriores, más que la de ayer, le siguen avalando y saldrá como una de las opciones más favoritas de la gran clásica del 2 de junio. Máxime si creemos a Gillet, el jinete, que afirmaba exultante tras la prueba que el potro debía estar a un 80 por ciento de su mejor forma.
Merece la pena que hagamos un breve alto para elogiar al criador de Act One, el Sr Leigh, un benefactor del genero humano que, con un reducido número de yeguas (y buenos posibles, eso sí), ha conseguido éxitos de resonancia mundial con el aditamento singular de que parece insuflar, no sé si mediante la brujería, una “gracia” especial a sus productos. ¿ O qué me dicen ustedes de Barathea, Gossamer, la favorita de las próximas guineas, o la deliciosa Bosra Sham?. Y renueva sangres permanentemente. Así, acaba de comprar una yegua neozelandesa, Sixty Seconds, de lo mejor de Australasia. Pero hay algo muy triste en este inciso. Parece ser que el Sr. Leigh se encuentra enfermo de cáncer y ha decidido entregar todas las ganancias de sus productos a una Asociación contra la enfermedad. Que permanezca entre nosotros.
Caesarion, el segundo clasificado del Greffulhe, me parece de una categoría inferior, por mucho margen de mejora que pueda tener en las manos de su timorato preparador, Jean de Roualle. Que, desabridamente, rechazó una pregunta más que lógica, sobre la posible participación del hijo de Danehill en el Jockey Club. Nada extraño sería que fuera de la partida. Quizá le fuera mejor un paso más vivo que el del domingo.
No corre mal Without Connexion, el Rainbow Quest que llega tercero no lejos de Caesarion, pidiendo los metros que su origen reclama. Tampoco parece un fenómeno. Como Canberra y Sharp Native, que no hicieron el ridículo pero mostraron sus limitaciones, definitivas a este nivel. O´Brien último. Cosas veredes.
Las candidaturas se perfilan y ya se empiezan a comparar las calidades del Noailles y Greffulhe, olvidando que falta el Lupin... y otros caminos, que así mismo conducen a Chantilly.
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