Aseguran los sabios que no hay mejor palabra que la que está por decir. Sentencia que, si se hace extensiva a lo que se escribe, resultaría aún más evidente. Porque, a la postre, las palabras se las lleva el viento mientras lo escrito, escrito queda. Y llena de rubor al imprudente que ha osado escribir categóricamente sobre la probabilidad o el descarte de éste o aquel caballo.

“De los visitantes, cabe descartar al sueco DANO-MAST...” escribía en la previa del Dollar. Fantástico. Dada la largada de dicho premio, toman la cabeza WAR BLADE por los palos y WELLBEING a su altura, por fuera, con BINARY FILE en tercera posición por dentro y DANO-MAST casi a su nivel, por el exterior, agrupados el resto a excepción del nipón EAGLE CAFÉ que cierra, algo desconectado. En las mismas se desarrolla prácticamente todo el recorrido y, ya en la recta, cuando se declaran las hostilidades, WELLBEING por fuera y BINARY FILE, por los palos, intentan superar al germano al tiempo que se observa que JIM AND TONIC no tiene aún paso franco y que IMPERIAL DANCER presenta un inoperante ataque por el interior, tímidamente BERNEBEAU por fuera, con TAU CETI perfectamente encerrado. En ese instante, a falta de unos 300 metros, DANO-MAST pone de acuerdo a WELLBEING y WAR BLADE -que se hunden irremisiblemente- y con un galope poderoso se marcha hacia la meta. Alguien vendrá que más valga, se piensa. Pues no. Viene con buen estilo BINDARY FILE por los palos, JIM AND TONIC por el centro y, desde la cola, el japonés EAGLE CAFÉ, a todo trapo, pero ninguno de ellos atenta lo más mínimo contra el triunfo del sueco, con el que Peslier logra su primera victoria tras la lesión de clavícula que le apartaba de las pistas estas últimas semanas. Jarnet, por su parte, aparece por fin cuando todo estaba decidido, comiéndose la carrera.

Excelente el ganador, potente y serio. Fantástica y segura monta de Peslier. Muy bien también BINARY FILE que mejora anteriores actuaciones con creces, falto del brillo acostumbrado pero terminando cuarto, en la lucha, JIM AND TONIC que no se encontró con el más afortunado de los recorridos y encomiable la tarea de los nipones –caballo y caballero- que desplegaron velocidad y energía en los últimos metros. Mal IMPERIAL DANCER, harto del tute que lleva este año, mediocre BERNEBEAU, incapaz de un destello, rematadamente mal el favorito WELLBEING que terminaba último y desafortunadísima monta de Jarnet sobre TAU CETI -un caballo que hacía forfait en el Arco y era reenganchado en esta prueba- que tan sólo corrió los últimos cincuenta metros, a la espera su poco inspirado jockey de que el tráfico se despejara por el centro.

Finalizo con dos palabras sobre WELLBEING. Hasta esta temporada, el caballo estaba en la preparación de Henry Cecil, en Newmarket. Sus propietarios decidieron enviarle a la preparación de Bary en Francia, aduciendo que el caballo era un inútil si no corría en terreno blando y que ese tipo de terreno era más frecuente en Francia. Ya entonces el argumento era escasamente creíble pero, hoy, se hacía patente el olor a gato muerto. La pista de Longchamp estaba muy, muy rápida, más seca que la mojama, justo lo que WELLBEING no soporta. La actuación del animal es perfectamente excusable, no así la del que le entrena cuyo deber es retirarle para evitar daños al caballo y no engañar al apostante. Pues, ni modo. ¡Que den morcillas a ambos! Reiterada falta de respeto que, por el momento, queda impune.