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Francia - 12/05/03
CLODOVIL, CINCO DE CINCO
Recital de SOUMILLON que con la Poule de Poulains obtiene su tercer triunfo de la tarde; continúa la negativa racha de los Godolphin; DESERT DESTINY recibe una monta demencial que le impedía estar más cerca. Impresiona el final de CATCHER IN THE RYE
Por CFGD Todos los participantes previstos eran de la partida en la clásica francesa sobre la milla para potros de tres años, diez milleros de categoría, excelentemente presentados en el paddock.
En los primeros metros es CLODOVIL el que se encuentra en cabeza, pero pronto es rebasado por KRATAIOS y ambos por DALCASSIAN, encargado de marcar el paso para los Ballydoyle. CLODOVIL ha quedado bien posicionado –en cuarto, quinto lugar-, mientras Dettori va en medio más hacia el interior, con DESERT DESTINY en posiciones más atrasadas, pegado a los palos, cerrando el paquete CATCHER IN THE RYE que no deja de hacer toda clase de extraños, propios –a todas luces- de un potro que ni siquiera sabe galopar. Así se suceden los metros hasta que, con 400 para la meta, el de Laffon presenta su ataque a la liebre irlandesa y le supera, momento preciso en que CLODOVIL, que se encontraba entre KRATAIOS y SIGN OF WOLF sin sitio para pasar, ve los cielos abiertos, se cuela por el hueco y, acelerando estupendamente, se va a ganar. Detrás queda la resistencia a ultranza de KRATAIOS, la impotencia absoluta de un DESERT DESTINY laminado en su chance, el tardío final de la primera baza de O´Brien, FRANCE, y el espectacular final desde el último puesto de CATCHER IN THE RYE, tragando metros de forma parecida a la que mostrara su compañero de cuadra HOLD THAT TIGER en el Gran Criterium, pero excesivamente lejos como para poder inquietar al ganador.
Conserva CLODOVIL su condición de imbatido, de la mano de Fabre-Soumillon, en un recorrido que borda. Es indudable su mejoría progresiva en cada compromiso que acomete, cada vez de mayor exigencia y no hay un pero que oponer a una actuación que le corona como el mejor miler francés de tres años. Pero, del mismo modo que DALAKHANI me resulta difícilmente vulnerable, creo que CLODOVIL sí puede serlo. De hecho, lo habría sido en esta misma carrera de no producirse dos circunstancias que acabaron con la probabilidad de victoria de dos de los protagonistas, circunstancias de las que, a mi juicio, sólo son responsables dos humanos.
El primer caso es el de DESERT DESTINY, asombroso reenganchado cuando de sus antecedentes no podía extraerse suficiente motivo como para dar un salto de esta envergadura. Pero Loder es un maestro y los hechos “casi” han demostrado hasta qué punto le guiaba la razón. Con lo que seguramente no contaba es con la monta demencial que le propinaba el –sin embargo- buen jockey, Spencer que, sin sitio para pasar por dentro, le saca primero hacia fuera; cuando ve que tampoco hay camino, regresa al interior y en lo que sería perfecto slalom en esquí alpino, va adelantando hasta quedarse clavado –una vez más- al culo de KRATAIOS que evidentemente no le deja el paso preciso. Todo ello lo realiza con un montón de caballo en la mano, lo que me obliga a preguntarme ¿Qué habría sucedido de atacar derecho, sin estorbos y de forma continuada? Imposible conocer la respuesta, pero la impresión visual –al menos la mía- ahí queda. Habrá que seguir atentamente sus próximas actuaciones.
El segundo corresponde precisamente al que entró segundo: CATCHER IN THE RYE, otro Danehill, por cierto, con el que parece que en su cuadra no han gastado mucho tiempo en enseñarle lo más rudimentario. Véase: que él es un caballo de carreras, que su oficio consiste en correr y que le van a enseñar a hacerlo. El pobre se pasó media carrera en último lugar, sin saber por dónde le daba el aire. Ni idea de dónde estaba ni por qué, menos aún de qué pretendían de él y, en esa actitud de inmadurez total, como un potrito que es, logró finalmente asentarse un poco, lo que le permitió a Fallon intentar por lo menos algo en la recta. Su forma de terminar indica el motor que tiene en el cuerpo, quedando también en el misterio qué hubiera pasado de no estar tan, tan verde. No quisiera que esta apreciación se tomara como una crítica a O´Brien por el único placer de criticar, no. Que cualquier entrenador se ve en la necesidad de sacar a la pista a potros inmaduros, precisamente con objeto de que aprendan y tomen un oficio que sólo la experiencia les puede aportar. Lo que critico es que sea en un Grupo 1 dónde se realice el aprendizaje y mucho más cuando el Sr. O´Brien dispone de todos los medios humanos imaginables para enseñarle lo imprescindible en casa. No es de recibo que lo haga en una carrera pública y de Grupo 1, en primer lugar, porque puede ser perjudicial para el futuro del potro y, en segundo, porque el motor que permite que el Sr. O´Brien se gane la vida con esto es el apostante y, en carreras con apuestas, hay que procurar ser exquisito en el propio comportamiento. Más aún cuando uno de los dueños tiene la profesión que tiene.
En el otro lado de la balanza están la excelente performance de KRATAIOS –perfecto trabajo el de Laffon-, la clase de Fabre como entrenador, que muchos tratan de discutir por razones que más tienen que ver con aspectos personales que profesionales; pero lo que está a la luz no precisa candil y negar que Fabre es el mejor, es negar la evidencia. Y, finalmente, el momento de forma en que se encuentra el jockey Soumillon, “el galáctico”.
Un par de anotaciones: ELUSIVE CITY confirmaba lo que se sabía hasta en Castilla La Vieja: que no tiene esa distancia ni de broma, mientras que BOURBONNAIS cumplió al pie de la letra con lo que para su entorno viene siendo moneda corriente: preciosa condición y nefasta carrera. Digo lo mismo que unas líneas más arriba: el que juega en esta actividad es el apostante, los profesionales deben guardar una conducta lo más transparente posible. Se puede argumentar que como todos están corriendo mal –por cierto, HI DUBAI debe ser un crack- el problema es general y la mala intención debe descartarse. Quede claro que ni en uno ni en otro caso doy por sentada la existencia de dolo, sino la aplicación del ya repetido dicho que alude a la mujer del César.
Pueden imaginar que la entrega de trofeos resultó emotiva, presente la viuda del propietario de CLODOVIL, Jean Luc Lagardère, recientemente desaparecido.
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