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No se sabe si las hembras de la generación clásica están saladas o si tan sólo se trata de una coincidencia. Pero lo cierto es que tras unas 1000 Guineas más similares a un partido de polo que a una carrera de caballos, llegaban las homónimas irlandesas produciéndose idéntico problema, resultando afectada en ambas la yegua de Niarchos SIX PERFECTIONS. No hay dos sin tres, asegura el popular dicho y, así, los Oaks celebrados el viernes lo corroboraban, produciéndose varios incidentes que, dependiendo del lugar del recorrido en que ocurrían, dejaban fuera de opción antes de tiempo a algunas –HIGH PRISE, HAMMIYA y WALDMARK- o eran causa directa de que otra –YESTERDAY- perdiera una carrera que debió haber ganado siempre.

La ganadora fue muy bien montada por un Martin Dwyer que lograba así su hat-trick de la tarde, sacando por fuera a su montura a falta de 400 metros y atacando de firme con 200 para la meta. Se quitaba de problemas, beneficiándose de la guerra entablada a sus espaldas en la que jugó un papel protagónico la de O. Brien, YESTERDAY, sobre la que Kinane elegía sucesivamente hasta cuatro caminos distintos, siempre abortados porque alguna de las participantes se hundía, lo que motivaba que la Sadler´s Wells, ora lo intentara por la derecha, ora por la izquierda, en un demencial slalom. Cuando, a falta de nada, encuentra un hueco para colarse entre SUMMITVILLE e INCHBERRY, la suerte ya estaba echada y de nada servía a la de Magnier acabar mejor que ninguna. No existe la menor duda de que con un recorrido sin incidencias la victoria habría pasado a manos irlandesas, sin que por ello queramos desmerecer la actuación de CASUAL LOOK, de su jockey o de su joven entrenador –A.Balding, hijo de Ian Balding- que, en su primera temporada ensilla a la ganadora del Oaks.