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Francia - 24/06/03
VESPONE sigue ascendiendo
Decepción de los isleños ante el estado seco de la pista de Longchamp
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La carrera que completaba el programa del pasado domingo en Longchamp era el Grupo 1 Juddmonte Grand Prix de Paris, una prueba tradicionalmente disputada sobre 3000 metros que, ya hace años, se rebajaba a 2000 como consecuencia del cambio sufrido por el mercado mundial que demandaba caballos más rápidos, relegando a un segundo plano las distancia de fondo.
La edición de este año no era de las mejores que darse pueda, integrada por un lote de caballos de status inferior a lo que un Grupo 1 de verdad requiere. Ello no obsta para que ni el tren de carrera ni el ganador puedan ponerse en tela de juicio, acreedores ambos de la máxima categoría.
VESPONE ha vuelto a poner en práctica la misma táctica que tan buen resultado le diera en su anterior salida victoriosa, el G1 Prix Jean Prat, cual es tomar la cabeza –dónde se encuentra muy a gusto- y marcar un tren serio y sostenido como corresponde a las carreras calificadas como Grupos 1. Le seguían LATEEN SAILS –con un galope muy suelto y excelsamente presentado por Bin Suroor-, SPARTACUS –el teórico pacemaker de ALBERTO GIACOMETTI que, en ningún momento, realizaba carrera de cuadra-, MAXWELL, LOOK HONEY y el resto, cerrando MAGISTRETTI y ALBERTO GIACOMETTI. Sólo un instante, en la bajada, VESPONE –con el pie cambiado- hace dudar al respetable, pero pronto se equilibra y, a falta de 500 metros, lanza su poderoso galope que resultaría inasequible para el resto. Dettori, sobre el de Godolphin, es el primero que intenta venir sobre el ganador pero, al acercarse a su grupa, VESPONE arranca más fuerte, dejando al “azul” con los “crespos hechos”, sin respuesta al tirón. De atrás surgen a todo trapo MAGISTRETTI –que, en un gran rush final, alcanza la segunda plaza, a cuerpo y medio del ganador- y LOOK HONEY, un local que progresa día a día y que muestra virtudes de respeto aquí, terminando tercero, a tres cuartos de cuerpo. Conserva la cuarta plaza LATEEN SAILS, más porque no hay quién le presente batalla seria -aunque con unos metros más JIPAPIBAQUIGRAFO, que finalizó bien por dentro, habría podido quizá enjugar la cabeza que le sacaba el de Godolphin- que por méritos propios.
Claras son las conclusiones que se pueden extraer de este Grand Prix de Paris. A saber: VESPONE es estupendo -en esta distancia como máximo- y en nada responsable de no haber contado con rivales mejores, lo que no significa que no sea capaz de medirse a los realmente buenos, cosa que podría demostrar en el Juddmonte Internacional; MAGISTRETTI muestra que probablemente estará más cómodo sobre mayor metraje y con un terreno más blando pero remata con seriedad; LOOK HONEY mejora mucho sus salidas anteriores dando la razón a sus responsables que le tienen en gran estima. Un aumento de metraje y un terreno menos seco van a jugar en su favor en un futuro muy esperanzador ya que está dotado de dos virtudes imprescindibles: punta de velocidad y corazón. El de Godolphin –a Bin Suroor le debían dar el premio de sacar los caballos mejor presentados del mundo- deja aquí claro su valor que en ningún modo es de Grupo 1. Otro espejismo de los de Dubai que habrán de replantear sus métodos de valoración si no quieren seguir haciendo el ridículo. Y, del resto, señalar tan sólo que JIPIPAPIBAQUIGRAFO corre aseadamente, en su línea y en su valor que tampoco es de Grupo 1.
Los restantes ingleses e irlandeses que llegaban a París en busca de pistas más blandas, más acordes con los requerimientos de sus monturas, se veían defraudados por un terreno en parecidas condiciones a los que se vienen encontrando en Inglaterra este año. En París, el Domingo hacía un calor de espanto y, aunque la pista de Longchamp nunca está como una carretera, sí se encontraba alejada de lo que para Stoute u O´Brien habría sido deseable. Claro que, en el concreto caso de O´Brien, ni una pista idónea habría bastado para evitar el fracaso de sus dos pupilos, un fracaso que no depende de detalles coyunturales sino que integra la estructura tambaleante de su preparación dónde no hay distingos: corren todos de angustia y no todos pueden ser malos. Urgentes medidas habrán de tomar los de Ballydoyle si no quieren perder la temporada completa. La de buscarse otro entrenador no sería idiota.
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