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Australia - 18/04/04
LA AMARGURA DEL ADIÓS
Una indecente monta de Beadman arruina la despedida del campeón LONHRO que es batido por seis cuerpos.
Para acceder a todas las direcciones relacionadas con las carreras más importantes de la semana, pulsar aquí THE RED LINE: Lonhro celebration turns into wake Por CFGD Cualquier despedida es triste. Pero las hay que encogen el corazón. Todo estaba preparado en Royal Randwick para que, a las tres de la tarde del sábado –siete de la mañana, hora española- el campeonísimo LONHRO disputara la última carrera de su vida ante una afición enfervorizada a la que el Jockey Club Australiano –organizador de este Carnaval- había provisto a la entrada al recinto de todo tipo de material conteniendo el color cereza de la chaquetilla del “relámpago negro”: camisetas, gorras, viseras, pegatinas y hasta donuts eran obsequiados a los primeros cinco mil espectadores que pasaran por la puerta de entrada. Multitud de medios, tanto de prensa escrita como audiovisual, seguían cada movimiento de la familia Ingham, de John Hawkes y de Darren Beadman, las personas más cercanas al “black flash”. La fiesta estaba servida, sólo faltaba el protagonista. Llegado LONHRO al ensillado, los 29.703 aficionados se volvían un clamor unánime, aclamándole sin pausa hasta que se dirigió a los cajones de salida.
Pero el destino retornaba a la edición de 1997 de esta carrera, también la escogida para la retirada de Octagonal –padre de LONHRO-, y repetía la historia, cambiando los protagonistas -LONHRO por Octagonal y GRAND ARMEE por Intergaze-, pero manteniendo el mismo negativo resultado: padre e hijo terminaban segundos en su actuación de despedida. El desarrollo de la carrera fue muy sencillo: D. Beasley, sobre GRAND ARMÉE tomaba suavemente la punta, con PENTASTIC tras él mientras LONHRO reposaba en retaguardia, feliz y contento Beadman de vivir tan único momento. A paso de carreta iban a transcurrir los primeros 1400 metros, con Beasley marcando el “tempo” de la carrera a su propia conveniencia, sin que nadie tratara en algún momento de impedirlo, pese a que todos sobradamente conocían que GRAND ARMÉE se crece en cabeza, que le encanta ese hipódromo, que es un buen caballo y que está en forma, al tiempo que –supongo- se darían cuenta de que estaba marcando un tren muy lento y muy falso. Así las cosas, al negociarse la última curva, Beadman decide acercar a su campeón para, en la recta, por todo el exterior, lanzar la batalla definitiva, la última. Pero ni la fulgurante punta de velocidad de LONHRO ni el sprint de un hipotético Ferrari que hubiera aparecido en escena, podían enjugar una diferencia que se hacía cada vez mayor. El grave error de apreciación de Beadman se haría evidente cuando Beasley, sobre GRAND ARMÉE, exigía a su montura que, más fresca que una lechuga, ponía tierra de por medio, aumentando aún más su ventaja para ganar por seis cuerpos a LONHRO, quedando tercero, a tres cuartos, PENTASTIC. Es inverosímil que los cinco jockeys restantes cayeran en la trampa tan burda y evidente de Beasley, pero es inadmisible que Darren Beadman lo hiciera, porque su responsabilidad era muy diferente a la del resto: montaba al campeón, favorito hasta la nausea, que se despedía de la competición en esa precisa carrera, a un caballo del que el mismo Beadman decía veinticuatro horas antes: “Me siento orgulloso y privilegiado por montar a un gran campeón como LONHRO, un caballo único, sobre el que un jockey se siente poderoso. Es una experiencia indescriptible: cuando LONHRO acelera, una corriente eléctrica recorre mi cuerpo, algo que ningún otro caballo me ha transmitido. Es un lujo montarle” Para Beadman y John Hawkes, el resultado era un “deja vu”, pues lo habían vivido siete años atrás pero, para los aficionados –en su inmensa mayoría- la cosa cayó como una ducha de agua helada, silenciando unas gargantas preparadas para el grito y el entusiasmo, paralizando unas manos listas para el aplauso. El silencio se extendió por el recinto sin que, injustamente, se hiciera el debido honor al ganador y a su entorno, cuya excelente actuación pasó casi desapercibida. Antes de abandonar la pista, Beadman paseaba a LONHRO por delante de las tribunas que, pese a todo, estallaban en aplausos. Reportan las reacciones del entorno de LONHRO tras la carrera: Beadman –único responsable del desaguisado- regresaba a balanzas pálido y trastornado; John Hawkes guardaba una calma helada fruto de su experiencia y, siguiendo al pie de la letra la regla –no escrita- de que nunca se critica públicamente al jockey, se limitaba a decir: “LONHRO ha sido batido por un caballo que hoy era superior. Así sucede algunas veces”; Lyn Ingham, hija del propietario era un mar de lágrimas; y a Bob Ingham le llevaban los mil demonios, hasta el punto que, con media más mueca que sonrisa, no pudo resistirse a romper la regla, criticando a Beadman por no ponerse en marcha mucho antes. “Le ha regalado la carrera”. Entre tanta multitud fastidiada, una sola persona debía saltar sobre una pata ante la derrota de LONHRO: Michael Sullivan, un nombre que ni a ustedes ni a nosotros dice nada pero que no es otro que el bookie (o la persona responsable de una compañía de apuestas) que admitía de un australiano hombre de negocios afincado fuera de Australia, la apuesta de cinco millones de dólares a ganador -1´20 a uno- al hijo de Octagonal. El mismo, al parecer, que le había apostado un millón en el G1 Australian Cup – a 1´55 a uno- y dos millones en el G1 George Ryder St, a 1´70. Si las cuentas no nos fallan, había ganado entre ambas 1.950.000, mientras que ahora sus pérdidas alcanzan 3.050.000. Digamos que, al margen de lo narrado, más emocional que otra cosa, dadas las circunstancias, el ganador GRAND ARMÉE no es un caballo cualquiera: con diez y ocho salidas, cuenta con siete triunfos, nueve colocaciones y más de tres millones en premios. Probablemente, entre sus próximos compromisos puedan figurar el Stradbroke Hcp y la Doomben 10,000, aunque aún la Waterhouse no ha decidido nada. Asimismo, de excepcional puede calificarse la monta de Beasley sobre el de la Waterhouse: hizo lo que quiso y cuando quiso, aunque es cierto que le dejaron, pero su monta determinaría la victoria de GRAND ARMÉE. La amargura de la tarde no había aún terminado para Darren Beadman que era llamado a declarar por los Comisarios de Carreras que abrían una investigación de oficio sobre su monta a LONHRO. Los Comisarios inquirían en particular al jockey la razón por la que no se había colocado más cerca de la punta a la vista del paso especialmente lento en que se habían desarrollado las tres cuartas partes de la carrera. Beadman alegaba que a LONHRO le gusta galopar tranquilo detrás y por eso se colocó en la estela de AIN´T SEEN NOTHIN´. Ante la pregunta de por qué -cuándo se apreció que la yegua no tenía gran cosa que hacer y GRAND ARMÉE había abierto algo de hueco- no intentó mejorar posiciones olvidándose de la yegua, el jockey contestó que, en la última confrontación entre su caballo y GRAND ARMEE, el George Ryder Stakes, había podido superarle siguiendo esa táctica y confiaba en que esta vez pasaría lo mismo. Tras sucesivas e intencionadas preguntas seguidas de débiles e inconsistentes respuestas, Beadman reconocía a los Jueces que se había equivocado, que había cometido un error de cálculo. Los Comisarios no le sancionaban pero le reconvenían severamente, notificando públicamente que Darren Beadman, en las circunstancias que se habían producido en la carrera, había incurrido en una falta de iniciativa exigible a un jockey de tan alto nivel. Así las gastan los Comisarios australianos. LONHRO ya está en su nueva casa, el Woodlands Stud, dónde realizará la monta al importante precio para Australia de $66.000 y, en palabras de Hawkes, lo está por derecho propio: “Como caballo, LONHRO tiene todo lo deseable: pedigree, constitución, punta de velocidad y un brillante futuro en la yeguada”, a lo que unimos el poco corriente record de 35 salidas, 26 victorias y cinco colocaciones –incluyendo 11 victorias de G1- y AU$5,790,510. Anteriores noticias relacionadas con esta carrera Para acceder a todas las direcciones relacionadas con las carreras más importantes de la semana, pulsar aquí
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