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Gran Bretaña - 21/06/04
PAPINEAU, mucha clase, menos fondo
En brillante performance, PAPINEAU obtiene la cuarta Gold Cup para Godolphin, mientras HIGHEST rompe un suspensorio y ha de ser sacrificado
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El momento cumbre de la jornada estrella del Royal Ascot, la celebrada el pasado jueves, llegaba a las diez y seis cuarenta y cinco (h.e), al darse la salida de la edición 2004 de la Gold Cup, la carrera más prestigiosa del mundo sobre la milla y media, que registraría la victoria de PAPINEAU, cuerpo y medio delante de WESTERNER que, a su vez adelanta a DARASIM por dos cuerpos y medio, con ROYAL REBEL cuarto, a cinco cuerpos.
 Sobre el terreno firme que ha sido una constante en este Royal Ascot es el representante japonés, INGRANDIRE, el que toma el mando del paquete, con MR.DINOS, DARASIM, NEW SOUTH WALES y DUSKY WARBLER a seguido, ocupando posiciones intermedias ROYAL REBEL, HIGHEST y WESTERNER y retrasadas el resto, incluido PAPINEAU. El tren no era lo que suele en esta carrera -¡Cuánto te extrañamos, Punchie!- hasta que comienzan los movimientos en el pelotón, iniciados por MR. DINOS y DUSKY WARBLER que presionan al leader a falta de 1400 metros, seguidos, 400 metros más adelante, por los de ROYAL REBEL y MISTERNANDO que, desde sus respectivos lugares, van mejorando posiciones. En ese punto de la carrera, PAPINEAU tenía justo delante a ROYAL REBEL y, al moverse éste, queda a la grupa de WESTERNER que, desde ese momento, sirve al de Godolphin de excelente pacemaker, llevándole cómodamente hasta el lugar decisivo. Todo está pues preparado para el gran momento, cediendo primero DUSKY WRAMBLER e INGRANDIRE, mientras WESTERNER ataca ya en serio a los entonces punteros MR. DINOS y DARASIM que, por ese orden, tiran la toalla, quedando WESTERNER en cabeza, a 400 metros del poste. Frankie Dettori que, unos metros antes, ha abandonado la estela del de Lellouche, presenta ya su candidatura por el interior y, visualmente, la carrera queda decidida. Pese a que, al sentir la presencia del Azul, con 300 metros a meta, Mossé quita los tapones de las orejas a su montura, nada puede contra el impresionante rush de PAPINEAU que atraviesa el primero la meta, con los colocados y las diferencias entre ellos que ya se narraban más arriba.
 Conserva así PAPINEAU su condición de imbatido en el año, proporcionando a sus propietarios el cuarto triunfo en esta carrera –Classic Cliché y Kayf Tara (con dos) fueron los anteriores- con los Azules colores, a las que se podrían sumar otras dos con los colores burdeos y blanco del Sheikh Mohammed. Entre la alegría señorial y elegante de los ganadores, se van obteniendo algunas opiniones del entorno sobre tan sobresaliente performance. Confiesan que PAPINEAU es un caballo de 2400 metros con tanta clase que intentaron probarle en distancia de verdadero aliento en el Henry II Stakes, que ganaba. Pese al experimento positivo, aseguran que no estaban seguros de que realmente el hijo de Singspiel tuviera la stamina suficiente como para afrontar un compromiso sobre media milla más, de tan alto nivel como es la Gold Cup. Las dudas no resistirían el deseo de vencer en la prueba más emblemática del meeting, por lo que decidirían asumir el riesgo. El desarrollo y resultado de la Gold Cup no hacía sino ratificar lo que ya intuían los Azules: que PAPINEAU no es “Cup-horse”, sino un animal de distancia clásica, que se mueve a gusto en pista firme, que tiene una clase excelsa y una fantástica punta de velocidad. Y en coherencia con ello, declaraban que volverían con él a las pruebas de milla y media, muy concretamente al King George VI Queen Elizabeth II Diamond Sta¡kes que tendrá lugar en este mismo escenario, al final del mes, una acción que ya realizaban con Classic Cliché, años atrás. No puedo sino estar totalmente de acuerdo con todo ello.
 Alababan asimismo los Godolphin la monta exquisita realizada por Frankie en la que –como él mismo corroborara posteriormente a la BBC- no había hecho otra cosa que seguir los consejos del entorno, en el sentido de que no atacara tan pronto como lo hiciera en el Henry II. Destacaba el italiano la clase de su montura, su manejabilidad –pese a tratarse de un caballo muy aparatoso-, su ductilidad para seguir cualquier paso o ir colocado dónde se prefiriera. Distinta suerte correrían los otros dos partants de los Maktoum: HIGHEST –que hubo de ser sacrificado por rotura de un suspensorio- y NEW SOUTH WALES, al que le faltan las dos cualidades que son necesarias para un stayer, ya sea juntas o separadas: tener mucho fondo o mucha velocidad. Pues éste, ni una cosa ni la otra.
WESTERNER correría divinamente, ausente el factor que le hace subir muchos enteros: el barro. No le favorecería –desde luego- lo pronto que cedieron los dos de cabeza ya que le iba a suponer encontrarse sólo en punta antes de lo deseado. Y tampoco le serviría de nada la maliciosa y vetada maniobra de quitarle los tapones de las orejas que Mossé efectuara al darse cuenta de que no le quedaba gasolina en el tanque con que repeler el eléctrico final de PAPINEAU. Pese a ser éste un asunto que vamos a tratar en una posterior narración, de carácter general, daremos aquí un guión sobre el tema de los tapones, de Wildenstein, del Jockey Club GB, de Johnston y de otras lamentables anécdotas relacionadas, todas ellas vergonzantes, todas ellas en desdoro del Deporte de Reyes, todas ellas protagonizadas por el propietario del segundo en la meta: el “Señor” Wildenstein. Como era previsible, Mossé quitaba los tapones de las orejas a WESTERNER a unos 300 metros de la meta, recibiendo una multa de 1000 esterlinas, al ser ésta una acción expresamente prohibida por la reglas inglesas. El tal Wildenstein reconoce haber dado la orden a Mossé para que así hiciera, consciente de que ordenaba algo prohibido, para justificar lo cual dice: “Sé que estaba en contra de las reglas, pero quería ganar, y punto”. Un Johnston enfurecido realiza unas encendidas declaraciones a la BBC sobre este asunto poniendo a escurrir, entre otros, al Jockey Club inglés. Y, como guinda de tan nauseabunda tarta, en el recinto de ganadores, a unos pasos de los propietarios de PAPINEAU, un Wildenstein que me reportan amarillento -ignoro si por enfermedad, envidia o simple mala baba, aunque la causa me importe cero-, decía en voz alta y clara: “Aquí debe estar estropeada la máquina de verificar el doping”, disparate que repetiría en varias ocasiones. Por si no le habían oído, vamos. Tendrán detallada información al respecto.
DARASIM, al que siempre ha gustado el terreno bien firme, realiza la mejor performance de su vida y también lo hace muy bien su compañero de preparación, ROYAL REBEL, entrado a continuación y uno de los perjudicados por la ausencia obligada de Punchie. BRIAN BORU, ni fú ni fa, con un futuro complicado para poder lograr alguna victoria, mientras que MR. DINOS se vería muy afectado por la falta de paso, al tiempo que, según su entrenador, encontraba el terreno excesivamente firme. Sobre el resto, tan sólo añadiremos que el último puesto de ALCÁZAR no es sino la consecuencia de correrle en terreno que le desagrada que, además, puede ser la causa de que sangrara a la conclusión del evento.
 Su Majestad la Reina de Inglaterra entregaría –mejor dicho, se haría la foto con- la Copa de Oro al mayor de los hermanos Maktoum, Maktoum Al Maktoum, siguiendo la línea de entrega de trofeos que se había sucedido a lo largo del meeting y que les contaremos en posterior crónica. Crónica PREVIA de esta carrera (PREVIEW)
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