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jueves 28 marzo 2024



Gran Bretaña - 24/08/04
ADIÓS a YORK…hasta el ROYAL ASCOT
Se teme que comerciantes y empresarios lugareños abusen en los precios

Por CFGD

El final del meeting de York –popularmente conocido como Ebor Meeting, por celebrarse en esos días el famoso Tote Ebor Hándicap- dejaba, en lo deportivo, un sabor agridulce, la impresión de que no habíamos presenciado el mejor York de los últimos tiempos. Lo que produce tal impresión es, sin duda, la comparación de ejemplares de tanto relieve como FALBRAV –Juddmonte-, ISLINGTON –Yorkshire Oaks-, OASIS DREAM –Nunthorpe-, BRIAN BORU –Lonsdale-, CARRY ON KATIE –Lowther-, o un BALMONT en el que Pat Eddery lograba su último Gimcrack –todas ellas ocurridas en York 2003-, con animales como QUIFF –la diferencia que obtenía en el Yorkshire Oaks parecía más propia de un steeplechase invernal que de una prueba lisa sobre la milla y media-, o como BAHAMIAN PIRATE -un caballo de nueve años que llevaba sin ganar un Grupo desde hacía más de mil días-, comparación que daba por resultado una suerte de pugna “chispa-brillo versus monotonía”, sólo alterada por la angustia que la investigación de los comisarios -con ocasión del Tote Ebor Hándicap- producía en los aficionados, generadora, supongo, en la familia Cumani de un acelerado incremento de cabellos blancos.

  • Además, el cierre del famoso meeting de agosto de York traía a la mente de cualquier entusiasta y seguidor de este diabólico invento, la inmediata asociación de que estaba ante el histórico escenario del Royal Ascot 2005, un acontecimiento de los que no se dan dos en doscientos años y que ha de convertir a la famosa –también por su jamón y por sus cerdos, con perdón- ciudad norteña de York en el lugar turfístico más importante de la Galaxia, al reunirse, en una misma temporada, el Royal Ascot y el Ebor meeting. “Demasié”, que diría un chuleta natural de la única capital europea sin hipódromo.

  • Tal concentración de fuerzas del turf, si bien es motivo de jolgorio para los aficionados que contemplen el espectáculo a prudencial distancia –ya por televisión o vía internet-, puede resultar un calvario para los que se personen en el lugar de autos, temor que ya me trasmitían unos amigos que no se pierden Ascot ni de broma. Un calvario que, según las noticias que nos llegan, no sólo tiene la presunción de resultar altamente incómodo, sino también mucho más oneroso que esos viajes privados en satélite que algunos millonetis realizan al amplio espacio circundante.

  • Intimamente asociado con el bienestar de los visitantes que –para serlo- deben viajar al lugar, está el tema del tráfico, una enfermedad crónica allí y en Sebastopol que –según nos cuentan- en este meeting de Agosto, ha constituido una pesadilla inclemente para los usuarios, al tiempo que una inopinada fuente de riqueza para quienes se dedican a reparar radiadores recalentados. Y eso pese a que las autoridades locales habían puesto en marcha un nuevo plan de ordenamiento del tráfico, con motivo del evento. O quizá por eso. Pero… que no cunda el pánico: parece que ya está sobre la mesa un proyecto de ingeniería con el que solucionar lo que se avecina.

  • Resulta más preocupante el apartado financiero del asunto porque se dice –y algunos datos son fehacientes- que los comerciantes y empresarios lugareños piensan aprovechar la excepcional circunstancia de que York sea a la vez Ascot para hacer su agosto, por más que sea junio la fecha del acontecimiento. Y así, el hotel Chase-Marriott cercano al hipódromo ofrece un paquete que cubre los cinco días que dura este peculiar “Royal Ascot” –con todo incluido, eso sí- a un precio que habla de miles (de libras, obviamente), pero si el cliente no quiere acogerse a esa fórmula, le derivan a otro de sus hoteles en Leeds que actualmente cuesta 150 palomas la noche, precio que en los días citados pasa a ser de 250. Otro de los grandes hoteles de York –a 90 la noche en el día de hoy- ofrecerá otro “paquete” válido para cuatro noches a la módica suma de 440, es decir, con un lucro añadido del veinticinco por ciento. Y todo ello sin antifaz.

  • Se habla también de que para los asistentes a tan fantástico espectáculo lo más práctico va a ser ir al hipódromo provisto de las correspondientes tarteras y termos, con objeto de reparar los tejidos –que de tanto estudiar los partants sufren un desgaste soberbio- y de calmar la sed, ya que se prevén precios insuperables –sin concretar- para el que pretenda nutrirse con los alimentos típicos del lugar y no digamos para los habituales del dorado y espumoso líquido galo al que tan aficionados son los británicos.

  • Escribía días atrás un comentarista de la zona -en uso del paradigmático sentido del humor que caracteriza a los de la Pérfida- que, para el Royal Ascot de York, podría asistirse a un milagro: la aparición al comienzo de la larga recta –en lugar de la tradicional procesión Real- de la yegua Beeswing portando sobre su lomo a su amo, el enorme y pesado Dick Turpin, su Luis Candelas particular. La cosa puede tener consecuencias indeseables si se tiene presente que los oriundos de esa zona de Inglaterra tienen –en cuestiones económicas- una fama bastante parecida a la de los escoceses y, por tanto, ven con peores ojos que otros los engaños, las estafas, los timos y los fraudes, conjunto de figuras que suponemos están dirigidas más bien al visitante extranjero, víctima propiciatoria de esta situación. Y no será porque en Inglaterra los precios tengan margen de subida…








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