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jueves 31 octubre 2024



Francia - 14/11/01
Record de O’Brien consumado
Ballyngarry gana el Criterium de St. Cloud

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Por César Guedeja-Marrón de Onís

  • Con pista pesada, según índice del 4,7, el hipódromo de St Cloud ha acogido la celebración del postrer grupo 1 del año, posibilitando el logro de un record del preparador irlandés Aidan Patrick O’Brien, al haber ensillado en el año 2001 del Señor que va concluyendo, la friolera de 23 ganadores de carreras de la máxima categoría, entre las que se cuentan el Derby y el King George VI and Queen Elizabeth St., por citar un par de las más señeras.

  • Pero lo primero va antes de lo siguiente, que diría el filósofo gárrulo, estilo El Gallo. Y lo importante es reflejar algunos puntos de interés de la carrera, presa de Ballyngarry (Sadler’s Wells y Flamenco Wave por Desert Wine), perteneciente a la Sra. Magnier, sin participación en esta ocasión de Tabor, si bien había otro elemento en liza que sí era de ambos, el propio hermano de Galileo Black Sam Bellamy (Sadler’s Wells), que alcanzó una tercera plaza en el poste por detrás de Castle Gandolfo (Gone West), también de exclusiva propiedad de la afortunada señora.

  • Como vemos, los pupilos de O’Brien han hecho el trío, dominando de principio a fin la prueba. Y eran los únicos que presentaba, dando la impresión de que habría metido en el dinero a un cuarto y un quinto si los hubiera hecho de la partida. Cosa que tal vez no le convino porque la remuneración de esos puestos quizá no compensase el viaje desde la verde Irlanda ya que estaba fijada en 40.000 y 20.000 francos, respectivamente. El ganador se embolsó 400.000, 160.000 el segundo y 80.000 el tercero. La dotación era, así, del rango más modesto entre las que se han distribuido durante el año para grupos 1.

  • Cosa de plena lógica porque la primera cuestión a discernir es si el Criterium de St. Cloud merece la categoría actual, es decir, si acertaron los dirigentes que la elevaron a tal en 1987. Creo que realmente está valorada en exceso, lo que no quiere decir que deba despreciarse olímpicamente ni que no se hayan inscrito en su historial caballos de buena clase. Por mucho que el terreno suela hacer penoso el esfuerzo.

  • La edición del 2001 no parecía prometer ningún Daylami (batido en 1996 por Shaka, un hijo de Exit to Nowhere), luego buen performer del Aga Khan con pacto posterior de traspaso a Godolphin y vuelta a la yeguada de los colores verde y rojo para reproducción, ni ningún Sagacity (Highest Honor), ganador del año 2000. Aunque estas apreciaciones se hacen a toro pasado pues buenos orígenes, y muy tardíos, teníamos en la pista. En todo caso, sí presentaba extremos de atractivo suficiente para el aficionado y no solo por la posibilidad del record del preparador irlandés.

  • No había representante alguno de Francia, entendiendo por tales los que llevan la sigla FR tras el nombre, criterio para mí más definidor de nacionalidad de los caballos que el del lugar de entrenamiento (especie de locus regit actum , que diría un jurista), significativo más bien de orígenes de los hombres que cuidan directamente del animal en competición. Tampoco desde este punto de vista había una representación proporcionalmente nutrida de los franceses, lo que no impedía los estúpidos comentarios chauvinistas de siempre, azuzados por la dura realidad de los “raids” devastadores que en esta temporada han sufrido nuestros vecinos.

  • Así, de diez participantes, tres eran de preparación gala: Martaline (Linamix), de Fabre, Special Kaldoun (Alzao), de D. Smaga, y Agog (Singspiel), de Pease. El resto, aparte los tres citados irlandeses, provenían de Inglaterra, con Swing Wing (In the Wings), de Cole, Master in Law (Polish Precedent), de Bravery, y Angelus Sunset (Numerous), de Meehan, y de Alemania, con la solitaria hembra de la carrera (a la que por error de información atribuimos en nuestro análisis previo una virilidad desmentida por aspecto y tamaño en la realidad) de nombre Banyu Dewi (Poliglote).

  • De salida, conduce Pat Eddery sobre Angelus Sunset, seguido muy de cerca por Ballyngarry, Castel Gandolfo, Black Sam Bellamy, Martaline y los demás en espera, con la alemana en cola y, a todo esto, sin que el paso fuese lo infernal que de costumbre imponen los de más allá del Canal de la Mancha en tierras francesas. Sin cambios notables hasta el comienzo de la recta final, el paso se había avivado ligeramente por los de cabeza poco antes de la curva. Ya enfilados al poste, Angelus Sunset intenta, bajo la idea de Eddery, la escapada insuperable. Pero, a los pocos trancos, los colores rosas de Ballyngarry, lucidos por el mirlo blanco del futuro, J. Spencer, entablan ya franca la lucha para poner cuerpos de por medio, y así, tras batir con sencillez al puntero, que acabó penúltimo, resistir el ataque de Castle Gandolfo, serio y sostenido, y el menos amenazante del aún inmaduro propio hermano de Galileo, que hizo ver alguna maña por dentro de la pista.
    Los tres iban severamente exigidos al látigo.

  • En la meta, Ballyngarry deja a un cuerpo a su rival, despegándose un poco más de él de lo que durante muchos metros tuvo como margen máximo, que era aproximadamente medio cuerpo. Black and Bellamy llega a la misma distancia tercero y detrás, a tres cuerpos más, la alemana Banyu Dewi, venida a rematar desde Frankfurt por lo menos, logrando lo que yo creo fue el objetivo real de su presencia, es decir, arrancar una colocación. Más no se puede pedir a un físico más femenino que B.B y con un tamaño mitad que alguno de sus adversarios. Acabó por delante de Martaline, a la que Peslier extrajo todo lo que pudo, atacando pronto al comienzo de la recta y, como dicen los ingleses ....”no extra”. Sin ninguna gloria terminaron los comparsas, cumpliendo su papel teórico. Quizá debamos salvar el comportamiento de Special Kaldoun . De Master in Law no puedo certificar que figurara y tampoco que Agog haya llegado todavía.

  • La cotización de la Cuadra (en Francia se agrupa a los elementos del mismo preparador) no pasó a la Historia . Pero sí es interesante reseñar, desde el punto de vista de las individuales, que el más abandonado era el ganador, a más de 19 a 1. El favorito, segundo en el poste, pagaba 2 a 1 y el propio hermano de Galileo a 27,8. Peslier, más que Martaline, remuneraba a sus conservadores y fieles fans a un cicatero 8 a 1.

  • Ballyngarry está excelentemente nacido. Por lo que, si su galope no me ha enamorado, hay que darle la posibilidad de que en su edad clásica pueda conquistarme. Difícil lo veo, no obstante. Hijo de Sadler’ Wells, semental estrella, basamento de los triunfos de Tabor, Magnier, O’Brien, el clan irlandés, y que hizo gemela, tiene por madre a Flamenco Wave, una hija de Desert Wine (Damascus) que ya ha producido a un muy buen miler “front runner” llamado Starborough (Soviet Star) y a un propio hermano de Ballyngarry, Aristotle, ganador del Racing Post Trophy del año 99 y uno de los favoritos del Derby 2000. No cumplió expectativas, cosa que tal vez deba repetirse con el ganador del martes. Tuvo también a Spanish Falls (Belmez) y a un tal Father Sky (Dancing Brave) que, de haber nacido hembra, hubiera valido un Potosí. Ballyngarry está inbred 4 por 5 por 5 en Nearco, lo que no es excesivo en estos tiempos.

  • Para concluir, es preciso, por fijar postura, tratar el tema del record del joven O’Brien, ganador de la estadística de entrenadores por supuesto en Irlanda pero también en Gran Bretaña. No seré yo, amante siempre de llevar la contraria por puro afán polemista, quien discuta (muchos lo harán) los méritos acumulados por el exitoso entrenador de, como él noblemente reconoce, extraordinarios mimbres de pura sangre inglesa. Dijimos que su cimiento está en Sadler’s Wells. Pero no hay que ocultar que es un serio especialista de potrillos de dos años (ejemplo de esta temporada: Johannesburg), perspectiva que no perjudica la contemplación crítica de lo que rindan a tres años. Más, en ningún caso, nadie sensato podrá decir que son precoces los hijos del continuador de Northern Dancer.

  • De paso hay que decir que el pasado día 3, con ocasión del nuevo Criterium Internacional disputado en Maisons Laffitte, O’Brien estuvo a punto de conseguir otro record aún más difícil: ganar todos (todos, no hay error) los grupos 1 del año EN EUROPA. Los dioses equinos se lo negaron. Pero no está mal haber hecho suyos todos los restantes.

  • Tampoco es de recibo la minimización de sus méritos por la calidad que alberga en sus boxes y el poder económico y no sólo de esa naturaleza, que ya se sabe que es intercambiable) de sus propietarios. El Jeque (o los Jeques/Godolphin), el Aga Kahn, Wildenstein y otros no andan mal servidos y, desde luego, no se presentan en condiciones de inferioridad. Es verdad que la cosecha del 2001 para los irlandeses ha sido histórica pero la suerte va por barrios y ya les auguro que, cuando pinten bastos en calidad (miren lo que le ha pasado al Aga Kahn este año, tras Sinndar, Sendawar etc. en el 2000), los críticos dirán :” Veis, pequeños ignorantes, como no era tan bueno...”

  • Sin embargo hay cosas que no se deben bordear. Una en particular. Es, en principio responsable de sus pupilos y ha cometido errores de planteamiento, profusa y sanguinariamente (si se me permite la escandalosa expresión, dicha en tono jocoso) glosados en este foro por Coral Fernández y García-Diego, que ennegrecen un poco sus logros. Aunque no me callo que estoy persuadido de que no todos son culpa suya sino imposición de vaya usted a saber quién.

  • Eso sí, hay algo inadmisible en sus por otra parte tímidas y humildes declaraciones post vigésimo tercer grupo 1. A saber, que no es suyo el mérito en “llevar” a los caballos, que no elige él las carreras que quiere o no quiere ganar. Que es el pupilo el que exige su presencia en tal a o tal carrera. Y eso o no es cierto y/o los errores han sido monumentalmente imperdonables. Más bien creo lo primero. Porque no hay guapo que me diga que Galileo, un cuasi crack al que le han arrumbado palmarés y lugar privilegiado en la Historia, “ eligió” correr en menos metros de los de su distancia ideal indudable, los 2.400, o que tenía el capricho (el caballo, no se olvide) de ir a los Estados Unidos. Vamos, que “pedía” correr en la horterada pastosa (de “pasta”, dinero) de los 2000 metros de la Breeder’s Cup, donde hizo EL RIDICULO. Un caballo de esa clase...Crimen de lesa cultura hípico-económica.

  • Pero no el único. Porque las decisiones sobre el programa de Black Minnaloushe, un miler como la copa de un pino, no desmerecen lo dicho. Claro que no solamente hay “pecadillos” en la Cuadra de Ballydoyle. También Godolphin y Bin Suroor tendrían que explicar los designios de final de temporada para Fantastic Light y el mismo Sahkee.

  • Finiquito con una reflexión infantil . O’Brien es tan excepcional (léase en el sentido que se prefiera) que hasta es capaz de alcanzar un record impresionante ....en martes ....doce más uno...... Siempre queda alguna sorpresa que vivir. O quizá es que es heterodoxo hasta en eso y estamos ante un revolucionario genio del entrenamiento de caballos de carreras.









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